En una entrevista realizada al periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano, éste citaba unas palabras que me gustaron mucho acerca del derecho que todos tenemos a soñar, con “el derecho al delirio” como lo llamaba él.
Comentaba el escritor que hace algunos años estuvo dando una charla en la universidad de Cartagena de Indias junto con el director de cine argentino Fernando Birri.
En cierto momento de la charla, los estudiantes comenzaron a hacer preguntas. Unas veces a él…, otras veces a su compañero… y así hasta que en cierto momento le tocó la pregunta más difícil al director de cine.
Un estudiante se levantó y lanzó una pregunta de lo más directa:
“¿Para qué sirve la UTOPIA?”
Menuda preguntita, no? El escritor en ese momento miró con lástima a su compañero y pensó “menudo lío de pregunta, veremos a ver cómo salimos de esta cuestión”
Ante su sorpresa, el director de cine salió estupendamente de la situación y le contestó al estudiante de la mejor manera posible:
“la Utopía está en el horizonte, y yo sé muy bien que nunca la alcanzaré,
Sé que si yo camino diez pasos, ella se alejará diez pasos;
Sé que cuanto más la busque, menos la encontraré;
porque ella se va alejando a medida que yo me acerco…”
Si la pregunta fue buena, mejor me pareció el cierre que el director le dio a la respuesta:
“Y así pues, querido amigo, la Utopía sirve para eso… PARA CAMINAR”
Me parece una muy buena pregunta, especialmente en un momento como el actual. Si la trasladáramos a un contexto actual, quizás podríamos reformularla en algo así como: “de qué sirve tener sueños, de qué sirve tener objetivos ambiciosos, si luego la situación es la que es, y estamos pasando lo que estamos pasando?”
Esta actitud es algo que lamentablemente me encuentro en algunas empresas en las que desarrollo proyectos en calidad de Interim Manager. Empresas en las que en la actitud de muchos de los miembros de los equipos se observan claros “condicionamientos mentales” (ver artículo sobre este tema) que impiden que podamos caminar. Tanto a nivel individual como organizacional.
Si no tenemos una ambición, una Utopía que deseemos perseguir… lo normal será que no avancemos y nos estanquemos. Y eso es lo que en estos momentos se observa a nuestro alrededor; falta de ilusión, falta de objetivos… y sobre todo falta de movimiento.
Si la pregunta del estudiante tuvo “miga”, por supuesto que la reflexión que el director de cine ofreció al estudiante me parece memorable: Para CAMINAR, para avanzar, para progresar… (que no es poco le faltó añadir). Para caminar, y más en un momento como el actual en el que parece que a fuerza de soportar la que nos está cayendo encima, se nos está olvidando que tenemos derecho a soñar, a tener ilusiones, que tenemos que seguir teniendo ánimo y ganas de salir hacia adelante.
Utopia o Realidad?
No Comments